Dedicar más de 10 horas al día durante casi seis meses, llenan de alegría y orgullo el corazón y alma de Margarita Gloria Camacho Mondragón, que a la edad de 18 años descubrió que elaborar dulce de alfeñique ha sido la forma de trascender y dejar un legado a su familia y a Toluca, municipio lleno de matices culturales, artísticos y gastronómicos.
En el mes de marzo, Gloria y su cuñada Lupita compran la materia prima y en el mes de abril comienzan a elaborar cientos, si no es que miles, de borreguitos, cerdos, canastillas, muñecas, cajas de muerto y calaveritas, hechas con la técnica de vaciado de azúcar, piezas multicolor que los toluqueños adquieren para decorar los altares durante la temporada del Día de Muertos, y los visitantes como recuerdo de su estancia en Toluca.
Doña Gloria recordó que desde hace más de 50 años vive para endulzar el paladar de propios y extraños, y melancólica expresó: “esto lo aprendí hacer desde los 18 años, pero una señora me enseñó a mejorar la técnica. Me gusta hacerlo, vale la pena dedicar tiempo a cada pieza que hago con ayuda de mi madre, que hoy tiene 94 años…”
En un rincón de su hogar tiene un espacio en que desde las 8 de la mañana y hasta que se oculta el sol, elabora la pasta con azúcar glass, grenetina, gotas de limón y colores vegetales; introduce la masa en los moldes de barro que adquieren en el municipio de Santiago Tianguistenco, luego del secado une las piezas de la figurilla y decora a mano.
Se escribe rápido y suena sencillo, pero el proceso para elaborar el dulce es complicado debido a los tiempos de secado, pues para realizar lo mismo una que 500 piezas tardan hasta cuatro días, eso si la humedad no hace de las suyas.
Goyita como le llaman, está preocupada y teme que en algún momento de la historia la tradición se pierda, que el dulce de alfeñique y las calaveritas de azúcar dejen de elaborarse y con ello desaparezca la Feria dedicada a esta artesanía, por ello, “hay que motivar a la gente, en especial a los niños hay que decirles que compren una calaverita de azúcar, un borreguito, una cajita porque este es el alfeñique, no el chocolate…”
Delicados y frágiles, estos dulces decorados de forma artesanal sobreviven al tiempo y por la fuerza de la tradición, viven y perviven, también, por el amor de quienes cultivan este arte, ciencia…y porque el dulce es más fuerte que la muerte, motivo por el que el gobierno municipal de Toluca impulsa y promueve todas las manifestaciones artesanales y gastronómicas, costumbres y tradiciones, que colocan a la capital mexiquense como un referente turístico.