Por: José Óscar Valdés Ramírez
El crecimiento de las casas de empeño es brutal en el territorio nacional, las ganancias son ilimitadas y por partida doble, ganan cobrando un interés mensual que va desde el 3 por ciento hasta el 5%, esto es un interés anual del 36 hasta del 60% y ganan por la prenda que prestan el 70 por ciento, si le agregamos que ya llevan el 30% de ganancia más el interés, es un negocio por partida doble, y el gobierno no hace nada.
No pagan impuestos y es una evasión total; pero eso no es lo peor… ¡no están regulados! El Agio a todo lo que da, si el Banco de México no paga una tasa más alta de interés de 7 y algunos bancos hasta del 8 por ciento anual por tener tu dinero, -negocio redondo- Grupo BBV que en otras partes del mundo ha quebrado menos en México, que es donde ha obtenido las mayores ganancias, para muestra un botón: su edifico en Paseo de la Reforma.
Y así están los demás bancos, con intereses altísimos, no existe ley que regule estas anomalías y nos dejan en estado de indefensión, por eso la reforma al artículo 284 bis del Código Penal Federal, es la única vía que tenemos para defendernos.
Es la primera vez que tenemos una defensa real ante los cobros desmedidos de los bancos, pues están obligados a demandar para poder cobrar, y será la primera vez que los contratos sean analizados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Es por ello que debemos obligar a estas entidades a demandar para poder llevar el tema a la SCJN y que se analicen los contratos unilaterales, con unos intereses altísimos que nunca fueron aprobados por nadie.
Lo mismo debe hacerse con los famosos prestamos sobre automóviles, que son un robo en despoblado pues los obligan a firmar un contrato con un interés del 7 al 8 por ciento mensual garantizado por un contrato mutuo con interés simple y aparte un contrato de compraventa con un dispositivo GPS, si no pagas, apagan tu camioneta y te la embargan con el contrato de compra venta, esto es un delito, una simulación, ¿y la autoridad? ¡Bien, gracias!
Aprovechando la necesidad de las personas, se cobran intereses altísimos, sin ninguna regulación, si el Servicio de Administración Tributaria (SAT) realmente busca a quien auditar, empiecen por el robo en despoblado que son las casas de préstamo y empeño.
Es increíble que los diputados y los senadores en lugar de regular esta conducta que lleva años en el limbo jurídico, vean nimiedades y nos dejan a los ciudadanos en un estado total de indefensión.
Las casas de préstamo y cambio son una patente de corzo para obtener ganancias ilícitas a costa de los mexicanos, desamparados por las leyes permitiendo los abusos y arbitrariedades.
El gobierno debe verificar estos negocios que surgen ante las lagunas, que se aprovechan de la necesidad de los ciudadanos, ejemplos sobran, el último y más sonado el caso de Ficrea, quiebran negocios, destruyen patrimonios, si no en contubernio, sí con la complacencia de las autoridades.
En este país los extranjeros hacen negocios a manos llenas, con un Congreso de la Unión que lleva años con la regulación de las casas de préstamo y empeño guardada en la congeladora, la pregunta es: ¿Por qué no las han regulado? ¿qué intereses existen? Desde aquí a nuestros diputados y senadores, hagan algo, ¿cuál es el pretexto? ¿a quién sirven, al Pueblo o a los negocios?
No existe nadie detenido por el delito de Usura, es letra muerta, y es un delito continuado, exijamos que diputados y senadores que hagan su trabajo sin más dilaciones, lo necesitamos ¡ya! ¡que nos protejan contra la usura!
