Ema Morosini cuenta ya 95 años de edad, la llaman la abuelito peregrina pues desde hace varios años una obsesión se incrustó en su ser, conocer el santuario de la Morenita del Tepeyac, pero lo haría a su manera.
Saliendo de su amado Monterrey la nonagenaria italiana salió desde hace varios días para inciiar su viaje, ratitos a pie y ratitos andando pero con la mira bien colocada en su objetivo que es el poder llegar al santuario donde se venera a la virgen de los mexicanos.
Lleva ya más de 40 días colocando un pie adelante del otro, ella, con sus 95 años casi no sabe lo que son las enfermedades, dice que solo toma una pequeña pastilla para controlar su presión arterial, camina entre cinco y siete horas diarias y tiene fe, mucha fe.
Este sábado llego al municipio mexiquense de Tlalnepantla donde fue recibida por elementos de protección civil quienes la condujeron a un chequeo de rutina y le complacieron al llevarla a comer pasta como toda italiana que se respete.
Mañana domingo estará retomando su andar, si todo sale bien está ya en el último tramo de su peregrinar, el llamado claro a que se haga o que se quiere, todo es posible, no importa la edad, la condición y lo único que se requiere son ganas, de vivir, de hacer, de poder. Ganas al fin y al cabo.
